Es triste llegar al punto de que aquel que amas sea razón para derramar tantas lágrimas por el camino, y el que fuera suficientemente sabio para ver con sus ojos a través del corazón sabría lo que esta generando. Pero no hay palabra que valga contra tanta indiferencia, contra tanta mentira, contra el silencio.
Destruyamonos con silencio entonces,  sigamos latiendo hasta que nuestra sangre se derrame. Se que no pertenezco a mi realidad, que vengo de otro lugar y que lo que me hace feliz es mi soledad.

Es triste de admitir que ya no formamos uno, que el tiempo logró hacernos desconfiar y lastimar. Quizás el recuerdo de nuestros lazos sea lo único que aún puede hacerme sonreír.